En las excusas de Moisés se ven actitudes comunes a toda la humanidad. Con frecuencia, frente al llamamiento de Dios, se presentan objeciones parecidas a las de Moisés: ¿Quién soy yo? ¿Quién eres tu? ¡No me creerán! ¡No soy elocuente! (No hablo bien en público.) ¿Por qué no mandas a otro? El sentido de inseguridad personal, vv. 11, 12. En contraste con Isaías (Isa. 6:8), Moisés resistió el llamamiento del Señor. Su reticencia era el resultado de un miedo realista y un sentido de insuficiencia:
Pages 67–68